sábado. 20.04.2024

La agresión a una auxiliar de enfermería, presuntamente a manos de su expareja, tiene en estado de shock a la ciudadanía viguesa, representada en el multitudinario minuto de silencio convocado este lunes en el exterior del hospital donde trabaja y permanece ingresada la víctima tras ser intervenida de urgencia.

 

Mientras, el supuesto agresor está pendiente de pasar a disposición del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Vigo, trámite que se ha aplazado hasta mañana porque la Policía halló en su domicilio nuevas pruebas: ropa y calzado con posibles restos biológicos. C.F., de 40 años, se negó a declarar esta tarde en comisaría y ya negó en el momento de ser arrestado en su domicilio haber tenido relación alguna con la agresión de su expareja, M.F.F., de 37 años.

 

El mango del cuchillo de cocina con el que se produjo la agresión sigue sin aparecer tras desprenderse de la hoja, que se quedó instalada en el cuello de la víctima, una circunstancia que le pudo salvar la vida al taponar los cortes, que no afectaron a órganos vitales.

 

La mujer permanece ingresada en la UCI del hospital Povisa estable dentro de la gravedad. La investigación policial da prácticamente por hecho que tras la agresión, que se produjo a primera hora de la mañana del domingo en el rellano del sótano del edificio donde reside la víctima, el supuesto agresor la condujo en el coche de aquella hasta las inmediaciones del hospital. Se basa en la declaración de una testigo y en la presencia de abundantes restos de sangre en el asiento de copiloto del vehículo, que fue localizado en las proximidades del hospital. M.F.F. recorrió por sus propios medios unos 30 metros, hasta la entrada de urgencias, aún con la hoja de un cuchillo de cocina clavada en el cuello, y a pesar de las circunstancias pudo revelar que había sido su expareja quien la había atacado.

 

También presentaba cortes en manos y brazos, síntoma de que se defendió y de que trató de repeler la agresión. Una compañera de la víctima, Maribel Muñoz, ha asegurado hoy durante la concentración de repulsa por este posible episodio de violencia machista que C.F. tenía "más que planeado" el ataque a su ex compañera sentimental, y ha descartado que fuese fruto de una enajenación mental o de una depresión. Muñoz ha relatado que M.F.F. es amiga suya, que se desahogaba con ella y que le había contado que tenía miedo de su expareja, del que se había separado hacía cinco meses. Ambos se habían conocido en el hospital donde trabajan en el turno de noche, según ha confirmado la presidenta del comité de empresa, María Jesús Neira. Muñoz y otras compañeras de la víctima, que han pedido mantener el anonimato, han señalado que C.F. había estado de baja por depresión, que achacaba a la ruptura de su relación con la víctima, y que se había reincorporado a su puesto de trabajo hace una semana.

 

También han ratificado que su compañera tenía miedo y no contaba "toda la verdad" en relación a su expareja, y que sabían que hace varias semanas era objeto de un acoso y que se había ido a asesorar a la Policía, pero que no presentó denuncia.

 

Parte de ese acoso lo sufrió su coche, que un día apareció con el tanque de gasolina relleno con agua y con una rueda pinchada. Una de las voces que hoy se han alzado con mayor contundencia contra esta agresión ha sido la del alcalde de Vigo, Abel Caballero, quien ha tachado a la expareja de la víctima de "maltratador y asesino". Caballero ha recalcado que "cualquier agresión a una mujer en la pareja, en el domicilio, es absolutamente rechazable, hasta la menor". "Pero cuando se llega a este nivel terrible, que genera una sensación casi imposible de imaginar, toda la ciudad de Vigo lo rechaza de una forma categórica, muestra su asco y repulsión en contra de este asesino, que no merece más que estar en la cárcel", ha proclamado el alcalde vigués.

 

Estupor en Vigo por agresión a auxiliar a la espera de que declare expareja