viernes. 29.03.2024
Juicio | Médico

Juzgan a un doctor por un diagnóstico que obligó a amputar la pierna a una gimnasta de Vigo

El traumatólogo Pedro L.P, acusado de un delito de lesiones por imprudencia grave tras atender en 2015 a una gimnasta de 16 años, Desirée Vila, a la que amputaron una pierna días después de haber sufrido una caída en un entrenamiento, ha asegurado hoy que fue "el primer sorprendido" al conocer la noticia.

El traumatólogo Pedro L.P, acusado de un delito de lesiones por imprudencia grave tras atender en 2015 a una gimnasta de 16 años, Desirée Vila, a la que amputaron una pierna días después de haber sufrido una caída en un entrenamiento, ha asegurado hoy que fue "el primer sorprendido" al conocer la noticia. Durante la primera jornada de la vista oral en el Juzgado de lo Penal número 3 de Vigo, este especialista ha defendido que "en ningún momento" pensó que la lesión de Desirée "iba a terminar como acabó". Ha afirmado que "todas las decisiones médicas" tomadas por los profesionales del Centro Médico El Castro, donde la joven fue atendida tras ser trasladada, en un primer momento, al Hospital Fátima, fueron "correctas".

 

Pedro L.P., según él mismo ha relatado, estaba de guardia en su domicilio en el momento en el que ocurrieron los hechos, en la tarde noche del jueves 26 de febrero de 2015, por lo que no vio a la paciente -que fue atendida por un médico de guardia- hasta la mañana siguiente. Fue así porque, ha relatado, le informaron de que sufría una rotura del peroné derecho sin más complicaciones. Ha explicado que las pruebas de pulsioximetría que se le realizaron a la paciente para determinar el porcentaje de oxígeno que llegaba a su pie derecho a través de la sangre revelaron valores normales.

 

El acusado ha insistido en que, de detectar algún síntoma de isquemia (condición que derivó en la amputación), hubiese tomado las medidas oportunas. En relación a varias anotaciones del personal de enfermería que apuntan complicaciones a la hora de medir el pulso pedio de la paciente, entendió que estas anomalías respondían a que "no se estaba midiendo bien" o que se había producido algún "error" en el proceso de pulsioximetría, pues los valores se estabilizaban luego. No sospechó de la existencia de una lesión arterial, según ha dicho, hasta el domingo, después de haber bajado a Desirée a quirófano para realizar una cura, por lo que solicitó que se le realizase una prueba de angio-TAC que reveló "una interrupción" en la arteria poplítea, aunque con una "abundante circulación" sanguínea "colateral" que llegaba al pie.

 

La chica fue trasladada al hospital Povisa de Vigo el lunes, donde un cirujano cardiovascular la intervino para realizarle un "bypass" que, sin embargo, no pudo evitar que la única solución para ella pasase por amputarle la pierna derecha. Pedro L.P. ha asegurado que "la pierna era viable" cuando la chica salió de El Castro porque se mantenía con "la circulación colateral" y ha apuntado que "durante la operación" en Povisa "se produjeron errores técnicos importantes" que provocaron que el miembro no se pudiese rescatar.

 

Sin embargo, el cirujano que operó a Desirée, y que ha comparecido en calidad de testigo, ha negado dichos errores y ha cuestionado que se utilizase la pulsioximetría para valorar una lesión de esta envergadura. Además, ha asegurado que en el momento en el que vio a la paciente por primera vez, antes de la intervención, ya transmitió a los padres que "había mucho riesgo de perder la pierna". Así, ha mantenido que la obstrucción de la arteria tendría que haber sido diagnosticada el día del accidente para evitar la isquemia, ya que "con ese tipo de fractura, desde el primer momento se debe sospechar una lesión en la arteria poplítea para llevar al paciente a un centro especializado en cirugía cardiovascular", ha dicho.

 

Desirée Vila ha comparecido hoy, también en calidad de testigo, ya que la acusación la ejercen sus padres al ser menor en el momento del accidente. Ha relatado que "casi" no tuvo conocimiento de su estado o de los procesos a los que fue sometida pero sí recuerda que "no tenía sensibilidad y el pie estaba frío" durante su estancia en El Castro. "A mí eso me extrañaba y se lo comentaba a mis padres y a los enfermeros", ha expresado para, a continuación, asegurar que le "extrañó" también que su traumatólogo le refiriese, a ella y a sus padres, que "en Povisa iban a decir que él hizo su trabajo mal y que no hiciésemos caso porque es política entre hospitales".

 

Desirée, que ahora tiene 18 años y reside en Inglaterra, superó seis meses de tratamiento psiquiátrico tras la amputación y vivió un "cambio enorme" en su vida, que, sin embargo, no hizo que perdiese su pasión por el deporte ya que, aunque no podrá volver a practicar la gimnasia acrobática, modalidad que desarrollaba en el Club Flic Flac de Vigo, está aprendiendo a correr con su prótesis.

 

La Fiscalía solicita para el procesado dos años de prisión e inhabilitación para el ejercicio de la profesión médica durante un periodo de cuatro años por un delito de lesiones por imprudencia grave con pérdida de miembro principal y grave deformidad. Además, solicita el pago a la víctima de una indemnización de más de 300.000 euros y de otros 1,5 millones de euros para cubrir los gastos orto-protésicos, una cantidad que deberán asumir las entidades aseguradoras y el propio Centro Médico.

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