El sindicato CIG ha denunciado que la dirección de una residencia de la tercera edad situada en Pazos de Borbén (Pontevedra) escondió a cinco ancianos en un galpón durante una inspección laboral para ocultar la "sobreocupación" que existe en ella. En rueda de prensa, el portavoz de la federación de Servicios de CIG, Pedro Pérez, ha explicado que esta "grave irregularidad" se produjo el viernes 17 de marzo durante la visita al centro de una inspectora de la Consellería de Política Social.
La dirección del centro, según Pérez, "prohibió" el acceso de la inspectora a "ciertos espacios" de la residencia, en donde "estaban escondidos" los ancianos para que las autoridades no descubrieran que, en ese momento, había 63 usuarios en las instalaciones cuando el máximo que tienen permitido es de 58.
La CIG asegura que, en un principio, los ancianos -acompañados de un auxiliar- se ocultaron en la lavandería de la residencia y, ante la amenaza de la inspectora de llamar a la Guardia Civil, los trasladaron a un galpón anexo, en donde estuvieron "varias horas" en una situación "deprimente". "No tenían medicación, agua, pañales ni comida", ha asegurado el responsable del sindicato, que en todo caso ha aclarado que los ancianos "no estaban mal cuidados" ni se sospecha que hayan podido ser víctimas de cualquier tipo de maltrato físico.
Pedro Pérez ha dicho no comprender esta situación, ya que esta presunta sobreocupación tan solo hubiese acarreado una sanción administrativa, "salvo que no sea la primera vez que haces algo así", ha apuntado. "Lo que hicieron fue realmente degradante y no se puede consentir", ha añadido el portavoz sindical. La CIG denuncia que la directora de esta residencia es la actual presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Pontevedra, Lucía Pedroso, quien "debería dimitir inmediatamente" ya que, según el sindicato, "no puede representar a los empresarios pontevedreses".
"Parece que cumplir la legalidad no va con ella y que solo busca obtener los mejores resultados económicos", ha lamentado Pérez, tras denunciar el "clima de terror" en el que viven los trabajadores del centro ante las "amenazas" que reciben para que no denuncien los incumplimientos laborales. EFE
