jueves. 28.03.2024

Arturo Domínguez Sebastía, el hombre que está acusado de haber matado a tiros a su expareja y al novio de ésta, en julio de 2015, en un monte de Arbo (Pontevedra), ha negado hoy haber cometido los asesinatos y ha alegado que, a la hora que los mataron él estaba "en Portugal" y después se fue "a casa". "Llevo 27 meses en prisión y no sé por qué", ha asegurado el acusado en la primera jornada del juicio con jurado popular que contra él se celebra en la Audiencia de Pontevedra. El fiscal solicita 46 años de cárcel para él, ya que, según ha argumentado al inicio de la vista oral, tras seguir a la pareja hasta una zona apartada y, aprovechando un momento de intimidad, les disparó a bocajarro en la cabeza con una escopeta sin que ninguno de ellos tuviese posibilidad de defenderse.

 

El crimen, según el fiscal, "fue por celos" al no aceptar el acusado que, seis meses después de la ruptura con su novia, ésta hubiese iniciado otra relación sentimental. Arturo Domínguez, sin embargo, afirmó que no es "una persona celosa ni agresiva", si bien reconoció haber protagonizado incidentes previos con dos supuestos pretendientes de Beatriz, a quien seguía a escondidas para saber si le estaba "engañando" y que llegó a grabarla en vídeo en compañía de terceras personas. A pesar de que la relación estaba rota, ha explicado el acusado, seguían viéndose "de forma habitual", según su relato, en el cual también ha sostenido que la víctima seguía dándole esperanzas de que iban a retomar la relación, por lo que "tenía que luchar para estar con ella".

 

El acusado ha garantizado que no perdió de vista su teléfono móvil en todo momento y que nunca tuvo el teléfono de Beatriz desde que se separaron. Según la Fiscalía, una antena de telefonía sitúa ambos teléfonos juntos, primero en el lugar del crimen y después -ya fallecidos- en la casa del acusado. Para resolver esta cuestión, ha señalado el fiscal Juan Sagredo que hay una prueba "fundamental" que sería poder acceder al terminal del acusado pero éste, al igual que durante la fase de instrucción, se ha negado a facilitar el código de desbloqueo -que no se puede conseguir por vía policial ni judicial- porque alega que no se acuerda de los números. "Si es verdad que no estaba allí, en dos o tres días se hubiera retirado la acusación", ha explicado el fiscal, que sospecha que no quiere facilitar el código porque eso "le incriminaría objetivamente". Las antenas de repetición "determinan que él no estaba donde dice que estaba sino que estuvo donde se mató a Beatriz y a Sergio", asegura Sagredo, algo que demostraría, más allá de los indicios existentes, el GPS del terminal. El fiscal tiene claro que, "como buen cazador", Arturo Domínguez "hizo un seguimiento de su presa, les siguió, sabía a dónde iban, esperó el momento y les mató", después de verles mantener relaciones sexuales "en un sitio apartado de cualquier persona", tras lo cual se llevó el teléfono móvil de la víctima para tratar de urdir una coartada. La defensa de Arturo Domínguez solicita la libre absolución de su cliente, al entender que "no hay pruebas" de que haya cometido el crimen. "Solo hay pruebas de que él no lo hizo", ha dicho su abogado, pruebas que según el letrado "trataron de borrarse" durante la instrucción. "Cogieron a un santo y a partir de ahí buscaron la ropa para vestirlo pero ninguna de esa ropa encaja", ha sentenciado el abogado del acusado. Con motivo del inicio del juicio, que se celebrará durante toda la semana en la Audiencia de Pontevedra, medio centenar de personas, entre vecinos y amigos de las familias de las dos víctimas, se concentraron a las puertas de la sede judicial para exigir que se haga "justicia".

El acusado por el crimen de Arbo niega haber matado a su expareja y su novio