viernes. 19.04.2024

El abrigo que vestía Ana Enjamio cuando fue hallada en medio de un charco de sangre en el portal de su casa tenía restos biológicos del único sospechoso de su crimen, César A.O., en dos puntos, en la manga izquierda y en la solapa, justo en uno de los múltiples cortes que presentaba esta prenda. Además, en el coche del procesado fueron localizadas dos manchas de sangre de la víctima, una en el salpicadero y otra en el pulsador de la luneta térmica.

 

Así lo han certificado las forenses y las facultativas del Instituto Nacional de Toxicología que se encargaron del análisis de las muestras tomadas en la escena del crimen durante la cuarta jornada del juicio con jurado que se celebra en la sección quinta de la Audiencia de Pontevedra. Estas últimas especialistas han explicado que los restos biológicos de César A.O. fueron hallados mezclados con los de Ana Enjamio en la citada levita y en dos panties. A preguntas del abogado de la defensa, han concretado que esa mezcla se corresponde con "al menos" dos personas, sin poder precisar si la impronta en esas prendas se produjo de forma simultánea o sucesiva.

 

Tampoco han podido aclarar la procedencia de los restos de ADN cuando hay una mezcla de perfiles, si de sangre, semen o saliva. Las forenses que realizaron la autopsia han explicado que la víctima presentaba varios tipos de heridas, unas "de amenaza y tanteo", localizadas en el ombligo, el abdomen y el cuello; otras para "callarla", compatibles con la presión con una mano en la boca y la mejilla, y otras de resistencia y defensa de la chica. Y luego están las heridas incisas, 21 de ellas concentradas en la zona del pecho izquierdo, en el corazón, doce de las cuales lo alcanzaron y la mitad lo atravesaron. Otras siete incisiones fueron localizadas en la zona abdominal.

 

Han concluido que el agresor, muy probablemente diestro, tenía la intención de "asegurarse del resultado de muerte" en vista de la cantidad de cuchilladas propinadas, todas ellas recibidas en vida por la víctima, han precisado. Las forenses han determinado que el arma blanca empleada en el crimen, que nunca fue hallada, es de un solo filo, de entre 1,5 y 2 centímetros de ancho y 11, mínimo, de largo, compatible con un cuchillo doméstico de cocina.

 

Sobre este detalle, un agente de la policía científica ha explicado que en el coche de César A.O., que estaba aparentemente limpio salvo en el maletero, donde había cierto desorden, fue hallado un tenedor. En las jornadas anteriores, las partes han insistido en preguntar al acusado y a los testigos por la costumbre de éste, así como de otros compañeros, de llevar sus cubiertos porque comían en la empresa la comida que traían de casa.

 

Un ingeniero industrial que ha declarado como perito ha certificado que la rueda del coche de la víctima fue rajada con un cuchillo de dimensiones similares al empleado en el crimen, sin aclarar si tenía doble o un solo filo. Las forenses que han declarado este jueves también se encargaron de evaluar psicológicamente a César A.O., de quien han dicho que no presenta ninguna patología, que tiene un discurso ordenado, transmite poco las emociones, es frío y tiene mucho control sobre sus respuestas. Respecto a su tentativa de suicidio, han dudado de que realmente se quisiera quitar la vida por las heridas que se causó, poco profundas y sin que afectaran a vasos importantes, y lo han tildado como "un gesto de carácter instrumental".

Restos de ADN del acusado fueron hallados en un corte del abrigo de la víctima